Datos alimenticios tomados de la Biblia
Hablemos de mujeres piadosas
Dios pelea por nosotros
Una madre demostró que nada la detendría de proteger a su hijo. El niño de cinco años estaba jugando afuera, cuando lo oyó gritar. Salió corriendo, y horrorizada, vio que su hijo tenía un «compañero de juego» inesperado: un puma. El gran felino estaba encima del niño con su cabeza en la boca. Recurriendo a la mamá oso en su interior, luchó contra el puma hasta abrirle las quijadas para rescatar a su hijo. La hazaña de esta madre nos recuerda cómo las Escrituras usan la maternidad para ilustrar el amor tenaz de Dios y su protección a sus hijos.
Amor confiable
Hace años, tomé la dolorosa decisión de alejarme de una persona muy cercana a mí, después de intentar hablarle de un comportamiento profundamente hiriente y solo recibir rechazo y negación de su parte. Hoy, cuando supe que estaba en la ciudad, mi mente comenzó a revolver una y otra vez el pasado.
Basta de orfandad
Guy Bryant, soltero y sin hijos propios, trabajaba en el departamento de bienestar infantil en Nueva York. Todos los días enfrentaba la gran necesidad de conseguir padres de acogida y decidió hacer algo al respecto. Por más de diez años, albergó a más de 50 niños, cuidando una vez a nueve al mismo tiempo. «Cada vez que me daba vuelta, había un niño que necesitaba un lugar donde quedarse —explicó—. Si tienes el lugar en tu casa y en tu corazón, simplemente lo haces. Ni siquiera lo piensas». Bryant les ha mostrado el amor de un padre a muchos.
¿Cómo está?
Carla estaba muriendo y lo sabía. Mientras yacía en su cama en el hospital, su cirujano con un grupo de médicos residentes jóvenes entraron a la habitación. Durante unos minutos, el doctor, ignorando a Carla, describió al grupo su condición terminal. Finalmente, se dirigió a ella y preguntó: «¿Cómo está?». Carla sonrió y les habló con ternura sobre su esperanza y paz en Jesús.
Plantado en Dios
«El viento agita las lilas»; así comienza el poema de Sara Teasdale titulado May [Mayo], donde describe una visión de los arbustos de lilas que se sacuden con las fuertes ráfagas. Pero se lamentaba de un amor perdido, y su poema pronto se volvió triste.